El impacto de las Redes Sociales en la escritura de los adolescentes




María José Porlán
Profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES Margarita SALAS
de Majadahonda


El lenguaje se concibe como un instrumento indispensable en el desarrollo de la evolución humana y se entiende como un proceso de transmisión de información de una fuente A a otra fuente B, a través de un medio C. Este esquema comunicativo basado en las premisas matemáticas de Shannon y Weaber en los años 50 es matizable pero, en esencia, es básico. El medio de comunicación ha ido evolucionando. Así, desde los juncos convertidos en papiros del Egipto faraónico hasta la invención del papel en China en el siglo II a. C., el lenguaje se ha ido trasmitiendo de generación en generación a través de escritos o libros, en un primer momento manuscritos y a partir del siglo XV impresos. De este modo, la escritura precisaba de una serie de normas que fijaran la lengua escrita y se adscribieran al concepto de nación. De aquí procede el concepto de norma de Eugeniu Coseriu. Dada la importancia de mantener el lenguaje intacto para comunicarnos, el sistema educativo considera que una de las enseñanzas básicas que debe prestar a sus alumnos es el uso correcto del idioma, ya que este no solo contribuye al uso normativo del mismo, sino que fomenta la creatividad, el pensamiento crítico y la imaginación, puesto que el lenguaje es inherente al pensamiento.

Volviendo al medio de transmisión de la comunicación, en el siglo XX surge un nuevo canal: internet. El desarrollo evolutivo de la especie humana ha conseguido que en cuestión de décadas pasemos de enviar correos electrónicos a través de un equipo colosal que requería toda una sala para funcionar a un dispositivo que cabe en la palma de nuestras manos y que ha abierto nuevas vías comunicativas que hasta ahora no existían. Con la evolución del tamaño del dispositivo, también se han desarrollado nuevas redes comunicativas, las que tan popularmente conocemos como Redes Sociales. Hasta aquí, solo podemos congratular el desarrollo evolutivo de la especie humana en lo relativo al lenguaje entendido como un mecanismo de procesamiento mental; sin embargo, la inmediatez de la información que recibimos, la falta de fuentes fidedignas y la necesidad de comunicarnos están creando una serie de problemas en el desarrollo del lenguaje en los más jóvenes del que probablemente todavía no seamos conscientes.

La mente humana es maravillosa, capaz de aprender y de reinventarse en todo momento. No obstante, considero que todavía no somos conscientes de las nefastas consecuencias neurolingüísticas asociadas al uso de redes sociales o de inteligencias artificiales. Los problemas de ortografía del alumnado de Secundaria e, incluso, de Bachillerato son cada vez más preocupantes y podemos relacionar directamente las faltas más habituales del alumnado con la influencia que ejercen las redes sociales como principal medio de comunicación entre los más jóvenes (y los no tan jóvenes).

El informe PISA de 2024 nos volvía a arrojar datos preocupantes en lo que atañe a la lectura y a la comprensión. España se sitúa entre los últimos 7 países que presentan datos nefastos en lectura y esto repercute de manera directa en la forma en que se expresan. Adolescentes de entre 12 y 13 años llegan a 1.º de ESO sin saber espaciar determinadas secuencias como *esque, *aver, *alomejor  o confundiendo b y v, g y j, ll e y. Mención especial merece la cuestión de las tildes o las palabras con hache. Algunos casos reales que he leído en exámenes o trabajos incluyen errores como hiva para referirse al pretérito imperfecto del verbo ir (iba) o güerfano. Estos errores denotan la falta de lectura de estas palabras porque la mejor forma de aprender a escribir es leyendo. Asimismo, la escritura manuscrita se encuentra, prácticamente, en desuso. El uso de dispositivos tecnológicos y de trabajos realizados en plataformas digitales hace que las tareas académicas de nuestros hijos se remitan a través de formatos digitales y, cuando se enfrentan a un examen en el que solo disponen de una hoja en blanco y de un bolígrafo, encontramos producciones ilegibles, con muchas faltas de ortografía, renglones torcidos, ausencia de márgenes, entre otros errores graves que hasta hace pocos años no eran tan preocupantes en la Secundaria o en el Bachillerato. Como se viene estableciendo, las principales causas son la falta de práctica en la escrita a mano y, sobre todo, la falta de lectura profunda y comprensiva.

La memoria tiene un componente gráfico y la lectura de estructuras lingüísticas complejas ayudan a fijar esta imagen mental que tenemos de las palabras. Las redes sociales ocupan un lugar indispensable en la vida del adolescente y, quien, por lo general, consume contenidos audiovisuales. Los famosos reels generan una cultura de la inmediatez. Asimismo, la escritura en mensajes privados o chats supone el empleo de abreviaciones, de cambios de consonante, de omisión de tildes o errores de puntuación que, en muchas ocasiones, nos llevan a malinterpretar el mensaje. Esto no solo dificulta el proceso comunicativo sino que además genera imágenes mentales de palabras que están mal escritas y que los jóvenes aceptan como válidas.

Esto supone un gran problema, en tanto que la falta de lectura no solo nos lleva a la incorrección lingüística sino a graves carencias de expresión oral y escrita que se asocian directamente a la falta de pensamiento crítico, de imaginación y de pensamiento abstracto.