La equidad educativa: Los factores socioeconómicos y culturales de las familias


 

La equidad educativa
Los factores socioeconómicos y culturales de las familias

 

Pedro de Tena Sandía
Delegado de ANPE-Madrid
Coordinador de DAT Norte

 

Las inversiones deben
aumentar si queremos una enseñanza de calidad

La equidad educativa ocupa, o debiera ocupar, un lugar importante en la preocupación que tienen los estados, comunidades autónomas o regiones respecto a los resultados que obtiene nuestro alumnado en el sistema educativo actual. La Administración, en nuestro caso la madrileña, debe tender a un sistema educativo lo más equitativo posible, lo que permitirá, si no eliminar, al menos mitigar numerosas desigualdades, y ofrecer al alumnado igualdad de oportunidades en cuanto al acceso a una educación de calidad, garantizándole que su rendimiento académico estará determinado por su esfuerzo y capacidad, independientemente de su contexto social, económico y familiar. 

El informe PISA establece, para los países de la OCDE, que el nivel socioeconómico y cultural de las familias determina una variable que incide directamente en los resultados educativos del alumnado con un grado de influencia que oscila entre el 5 % y el 21 %. 

Con el objeto de medir el nivel socioeconómico y cultural de las familias y analizar su impacto sobre los resultados escolares, el programa PISA utiliza un índice compuesto de varios elementos, denominado ESCS (Index of Economic, Social and Cultural Status), en español ISEC (Índice Social, Económico y Cultural), que consta de tres índices parciales:

1. Índice del mayor nivel educativo de los padres —expresado en los términos definidos por la Clasifica­ción Internacional Normalizada de la Educación (CINE)—. 

2. Índice del mayor nivel laboral alcanzado por cualquiera de los padres —medido a partir de la Internacional Socio-Economic Index of Occupational Status—.

3. Índice del patrimonio cultural de la familia. 

Este último índice, que se construyó a partir de las respuestas de los alumnos, está relacionado con los bienes de interés educativo disponibles en el hogar: lugar de estudio, habitación propia, ordenador para tareas escolares, software educativo, conexión a internet, calculadora, libros de literatura clásica, libros de poesía, obras de arte, libros de ayuda para hacer las tareas escolares, etc. Consiguiente­mente, mejorando cualquiera de estos tres elementos de influencia los resultados del alumnado serán más satisfactorios.

Como podemos ver en la tabla, la Comunidad de Madrid presenta un Índice Socioeconómico y Cultural negativo. Sí es cierto que ocupa el mejor puesto entre las comunidades autónomas españolas, pero esto no puede desviar nuestro objetivo de mejora de nuestro sistema educativo. 

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Es muy difícil que la Administración Educativa madrileña pueda influir sobre los dos primeros aspectos que inciden en la equidad educativa, pero sí puede ser determinante, a través de la mejora de sus sistemas y ayudas, en el tercer aspecto (índice del patrimonio cultural de la familia). Es evidente que la Administración no puede intervenir, para mejorar, en los aspectos educativos de los hogares del alumnado, pero puede proporcionarle todo el material y los medios adecuados en los centros para que dichas carencias sean las mínimas. Por esta razón, es perentorio que la Administración aumente considerablemente la inversión en educación, tanto en medios materiales como humanos. Es posible alcanzar una mejora sustancial del alumnado respecto al acceso a ordenadores, programas de enseñanza, libros, libros de autoayuda, obras de arte y/o el acceso a las mismas fuera del centro, conexiones a internet, trabajo a distancia del alumnado a través de internet, etc. 

La inversión educativa en la Comunidad de Madrid aumentó en 2017 un 2,64 % respecto al año anterior, pero esto que podría parecer un dato muy positivo no debe tener esa lectura, ya que estos aumentos de los últimos años vienen precedidos de una bajada de inversión constante en el periodo comprendido entre 2009 y 2014, con lo que la subida es muy relativa, ya que no se han alcanzado aún los niveles de inversión de 2009. Entre los años 2008 y 2016, el gasto público liquidado en educación por la Comunidad de Madrid decreció en un 10,63 %. Por esta razón, las inversiones deben aumentar en mayor porcentaje si queremos una enseñanza de calidad.