Balance de un curso convulsivo: crispación y ausencia de acuerdos


Balance de un curso convulsivo: crispación y ausencia de acuerdos

 

Manuel Diez Diez 2014

 

Manuel Diez Diez
Vicepresidente de ANPE-Madrid
Secretario estatal de Acción Social de ANPE

 

 

 

 

Terminamos un curso más, donde si bien fundamentan ausencia de nuevos recortes, sin que hayan revertido ninguno de los precedentes, si que han continuado “en la práctica”, profundizando en los existentes. Programas educativos de atención a la diversidad, Pedagogía Terapéutica, Audición y lenguaje, compensatoria, programa refuerza y demás, han sido los destinatarios. Se ha seguido aumentando ratios y reduciendo cupos, y por tanto compartiendo más centros. Significativos también en la Educación de Adultos, donde el “aprendizaje a lo largo de la vida” ha quedado paralizado a edad temprana.

Por otro lado, la consejería de Educación ha continuado haciendo “oídos sordos” a los representantes del profesorado, donde más allá de “cubrir el expediente”, la negociación y el dialogo, han sido inexistentes. 

Los informes PISA, conceden buenos resultados a los estudiantes madrileños. Cosa de la que nos alegramos todos, si bien las “medallas”, se las cuelgan algunos: “Las políticas”, ellas solas. Los maestros “incultos y mal preparados “, ni arte ni parte. Eso sí, mejorará el sistema, cuando entren doctos y sabios. Para que esto funcione habrá que traer a “Pitágoras” a dar clase a niños de tres años, a enseñar a leer o escribir o a impartir docencia a centros de “especial dificultad”. ¡Qué más da! como sabe muchas matemáticas, misión cumplida. Queda una pequeña laguna, deberíamos incluir a Chomsky o Lázaro Carreter, para asegurar el correcto aprendizaje de la lengua.

Piden cambios y los resultados son buenos, ¡qué sería si fuesen malos!  

El profesorado interino, se sigue regulando por “decreto” y los titulados que han servido durante años, ahora no valen. ¡ y los títulos y actuaciones académicas que han expedido! ¡Sirven!. ¡Habrá que revisarlo!

El proceso de selección de directores, se ha regulado desoyendo por completo todas las sugerencias de los representantes del profesorado. Eso sí, la administración, tiene el “control” de su nombramiento.

Los profesores expertos en idiomas, tienen que ser extranjeros, aunque haya nacionales que puedan serlo y no tienen por qué saber castellano. Cuando hablen con las familias, se coordinen con el resto del claustro, o pidan “tizas” al conserje, se les pondrá intérprete, o harán un curso acelerado de “lenguaje de signos”. Ahora, eso sí, tendremos “profesores nativos” y así se publicará en la prensa. 

Esa es “la realidad” que nos está tocando vivir. Atrás quedaron los “Acuerdos Educativos” de 2001 y 2005 y los “Acuerdos Sectoriales” de 2001 y 2006. Entonces había “voluntad de acuerdo”, ahora por una parte, la social, pienso que se mantiene. Por la otra, la administración, parece que ha elegido el camino del descrédito y la crispación. Resultado, todo el mundo cabreado, desmotivado y desilusionado.

Se puede continuar por este camino. Se puede, no sé hasta cuando, pero creo que no se debe.

Temas para posibles acuerdos, no faltan: Devolución de la paga extra, acuerdo de interinos, reconocimiento de sexenios a interinos y profesores de religión, permisos de conciliación de la vida laboral y familiar, licencias por estudio retribuidas, recuperación de beneficios sociales etc etc Otras administraciones ya lo están haciendo. Madrid, no tiene por qué ser diferente. 

Al profesorado hay que motivarle, ilusionarle, prestigiarle y valorarle y eso deben hacerlo, en primer lugar nuestras autoridades educativas y luego la sociedad en general, que curiosamente lo hacen, a pesar de nuestros gobernantes.

Lamentablemente los inicios con la promulgación de la “Ley de Autoridad del Profesor”, que desde ANPE, tanto impulsamos y posteriormente valoramos, han quedado lastrados, con declaraciones “fuera de lugar” y con actuaciones carentes de lógica, marcadas por la ausencia de diálogo y negociación y por la comunicación previa a los medios de comunicación, pareciendo buscar más el impacto de “la noticia” que el resultado de la medida.

Podemos seguir así y podemos cambiar. Yo, deseo y apuesto por lo último. Creo que todos ganaríamos.