Acuerdo educativo regional debe incluir Acuerdo Sectorial


Acuerdo educativo regional debe incluir Acuerdo Sectorial 

Fotos-Consegeros-Anpe-374-1-279x300Francisco Melcón Beltrán
Presidente de ANPE-Madrid

Tras un comienzo de curso tranquilo, en términos generales, pero con desajustes e incidencias en el nombramiento de profesores, sobre todo en Secundaria, debido fundamentalmente a la aplicación del nuevo Acuerdo de Interinos en la Comunidad de Madrid, avanza el primer trimestre en un escenario de incertidumbre para los docentes de la enseñanza pública, debido a un panorama político que mantiene al país desde hace un año con un gobierno en funciones.

En este escenario, la educación se resiente. Varias comunidades autónomas se han amotinado contra la LOMCE y han paralizado su desarrollo, a lo que se ha sumado el rechazo unánime de todas ellas contra las reválidas previstas, lo que hace que la Ley Educativa esté sentenciada y tenga señalada fecha de caducidad, como proclama una mayoría parlamentaria en el Congreso y también asume el Partido Popular, como se desprende del pacto de investidura suscrito con Ciudadanos.

ANPE-Madrid considera ineludible la negociación y firma en paralelo de un nuevo Acuerdo Sectorial que coloque a los docentes en el lugar que les corresponde

A pesar de haberse desbloqueado la situación política hace unos días, la situación de debilidad del nuevo gobierno va a ser tal que será difícil la aprobación de los presupuestos para el próximo año. Este aspecto afecta directamente al ámbito educativo. Si tienen que prorrogarse los actuales, las comunidades autónomas no podrán desarrollar medidas que supongan un incremento de la inversión educativa, tan disminuida en los últimos años.

Después de un año sin gobierno, y ante la situación de bloqueo institucional que han propiciado algunos partidos políticos y la fragilidad del nuevo Ejecutivo, difícil tarea se antoja la elaboración de una nueva ley de educación que sustituya a la LOMCE y goce de un consenso mínimo entre las diferentes fuerzas políticas y los agentes educativos.

14A pesar de esta situación, en Madrid la presidenta regional ha propuesto a las fuerzas políticas madrileñas, organizaciones sindicales, patronales y asociaciones de padres, la firma del Acuerdo por la Transformación Educativa con vigencia hasta 2020. Un empeño loable, pero cuya concreción debería ser precedida por un pacto educativo de ámbito estatal, que siente las bases de la verdadera y profunda reforma que necesita la educación en España y señale su rumbo. Solo así podrá entenderse en qué dirección hay que transformar la educación madrileña y tendría pleno sentido un acuerdo regional.

Un acuerdo que debiera ser para la Mejora Educativa y de las condiciones en que se presta el servicio educativo y no solo para una transformación que, a tenor de los documentos que se manejan, tiene un tufo neologsiano más que evidente e incluye algunas propuestas de una orientación discutible y un alcance relativo, que no pueden constituir el axioma ni la esencia del paradigma educativo.

No es justo hacer una enmienda tan severa a la praxis educativa ni a la enseñanza que se imparte en los centros madrileños, al papel del profesorado y a una forma de entender la educación, ligada a la transmisión del conocimiento, al estudio y al saber –conceptos ausentes de este borrador–, que ha producido buenos resultados y por cuyos centros de enseñanza, públicos y privados, han pasado tantos y tan buenos profesionales con los que cuentan esta comunidad y este país.

Echamos en falta un necesario análisis de la situación educativa madrileña, cuyos escolares obtienen tan buenos resultados en los rankings internacionales (PISA). Sin un diagnóstico real que justifique la necesidad de transformar la educación madrileña, este acuerdo carecerá de motivos. Máxime cuando a la educación le falta rumbo, le sobran vaivenes y tantos cambios legislativos que desconciertan a la sociedad y al profesorado.

Si bien algunos de los objetivos y actuaciones que se proponen son plenamente asumibles, el papel del profesor queda difuso y se le remite a una función de mero orientador y agente educativo de segundo orden, sin entidad propia, diluido a lo largo del documento de forma indiferenciada, las más de las veces, en la llamada “comunidad educativa”. Cuando se le menciona, no es para reconocer su papel crucial en el proceso educativo, sino para pedirle mayor implicación, mayor responsabilidad y más y mejor formación en múltiples y diversas facetas y cuestiones; que se someta a una evaluación sin concretar; que sea escrutado mediante encuestas por las familias y los alumnos, como ha ocurrido con los cuestionarios de contexto en las pruebas de tercero y sexto de Primaria del curso pasado; y para advertirle que la sociedad necesita un “nuevo profesor” para la “nueva escuela” del siglo XXI.

Apelar en el borrador del Acuerdo al “compromiso de los profesores” para mejorar la educación no es de recibo, después de más de cinco años de continuos recortes sobre sus condiciones retributivas y sociolaborales. Los profesores madrileños trabajan, dando lo mejor de sí mismos, con una alta cualificación que no se quiere reconocer y sobre la que no se facilitan los datos objetivos que insistentemente ANPE ha pedido, y que deberían difundirse para que la sociedad conozca el nivel formativo de los profesionales que educan en esta Comunidad.

Estaremos a la espera de que se nos entregue la memoria económica, ineludible para cada una de las medidas propuestas en este acuerdo en una cuantía que tiene que asegurar su desarrollo futuro, pues sería impensable un pacto educativo de bajo coste o a coste cero tras años de recortes y desinversión. 

El papel del profesor queda difuso y se le remite a una función de mero orientador y agente educativo de
segundo orden

Y lo más importante, debe subsanarse la falta de precisión en cuanto a la mejora de las condiciones sociolaborales y retributivas del profesorado. ANPE-Madrid considera ineludible la negociación y firma en paralelo de un nuevo Acuerdo Sectorial que coloque a los docentes en el lugar que les corresponde, para que abandonen de una vez los últimos puestos en relación a sus colegas de otras comunidades.

Solo si se subsanan estas carencias y se alcanza un nuevo Acuerdo Sectorial que satisfaga las expectativas del profesorado, tendrá sentido para ANPE considerar la firma del Acuerdo por la Transformación Educativa que propone la presidenta regional.

Apelamos al sentido del diálogo que ha demostrado el actual Ejecutivo regional, con la esperanza de que atienda las justas demandas del profesorado madrileño. El éxito y la calidad escolar pasan ineludiblemente por la motivación de los docentes, la dotación de los recursos necesarios y la confianza de toda la sociedad en la escuela como institución y en sus profesionales.