Carolina Fernández del Pino Vidal
Vicepresidenta
En la última edición de la Revista Profesional de ANPE, el editorial titulado “Defender a los docentes, construir el futuro”, firmado por el presidente nacional José Francisco Venzalá González, aborda algunos de los temas que afectan a los profesores de la educación pública: la defensa de MUFACE para garantizar la protección social del profesorado, el papel clave de la negociación colectiva y el diálogo social, la recuperación de la paga extraordinaria íntegra, medidas de deflactación del IRPF frente a la inflación y la pérdida de poder adquisitivo. Cita el informe Perspectivas Económicas 2024, de Funcas, que señala que “el sector público ha experimentado un retroceso acumulado de poder adquisitivo del 8 % en los últimos cinco años”. Son temas que afectan a los docentes en todas las comunidades, pero algunos gobiernos autonómicos parecen más dispuestos que otros a afrontar estos problemas.
En la Comunidad de Madrid somos conscientes de que arrancar mejoras a la administración es una tarea ardua y complicada. Se refugian detrás de los resultados del Informe PISA, utilizan a los docentes para garantizar la conciliación familiar de los madrileños y tensan la cuerda hasta el límite políticamente admisible.
El pasado 22 de abril, la UNESCO y la Fundación SM presentaron el Informe Mundial sobre el Personal Docente, un estudio que expone el problema de la escasez de docentes.
Destacan que, además de lo poco atractiva que resulta la docencia para muchos universitarios, el
abandono se está convirtiendo en un problema urgente. Entre 2015 y 2022, las tasas de abandono de los docentes
en Educación Primaria se duplicaron en todo el mundo, pasando del 4,6 % al 9 %. Muchos docentes abandonan la
profesión en los primeros cinco años de ejercicio profesional.
La previsión es que, en 2030, en Europa y
América del Norte, más del 90 % de la escasez se deberá al abandono de la profesión. Se estima que faltarán
hasta 3,1 millones de docentes para ese año.
Está claro que la escasez de docentes tiene consecuencias de gran alcance, como el aumento de la carga de trabajo, la disminución del bienestar docente, la desmotivación de los futuros educadores y la persistencia de las desigualdades educativas.
El informe no revela nada que no supiéramos ni lleváramos años denunciando desde ANPE-Madrid. Lo que sí hace es introducir un elemento nuevo para intentar remediar la falta de profesores –la necesidad de atraer a más hombres a la profesión– y creemos que es para paliar una circunstancia sobre la que ya habíamos advertido: menos mujeres optan por la profesión docente... La realidad social en los países occidentales ha cambiado sustancialmente en las últimas décadas. Las universitarias priorizan factores como las retribuciones, el desarrollo profesional con trayectorias que les motiven a largo plazo, el reconocimiento social, la participación en la toma de decisiones a diferentes niveles y el desarrollo personal. La conciliación familiar se ha convertido en una prioridad compartida, y ya no tendrá tanto peso diferencial, para las mujeres, a la hora de elegir una carrera profesional. Si tenemos en cuenta que más del 70 % de los docentes son mujeres, se entiende que a menos que logren atraer a más hombres, el problema se agravará.
Los profesores son el pilar sobre el que se sustenta la calidad de la educación. Son también la única vía para alcanzar objetivos nacionales como la igualdad, la equidad o la generación de talento necesario para el progreso social y económico. Sin embargo, tengo la percepción de que los gobernantes ponen más esfuerzo en parecer que en hacer.
Las reformas continuas del sistema, sin la participación del profesorado, llevan a implantaciones fallidas, con un cuerpo docente desmotivado que se siente ajeno al proceso educativo y sobrepasado por las tareas administrativas y la normativa, que ven cómo año tras año su poder adquisitivo merma y se quedan estancados sin posibilidad de progresar.
Las cifras pueden manipularse, negarse o utilizarse para restar importancia a los problemas, pero nuestra profesión está en crisis. Es imperativo que se busquen soluciones si no queremos ver degradarse uno de los derechos humanos fundamentales: la educación pública de calidad. Es un problema que afecta a todos, ya que es el único instrumento que puede garantizar que nuestro país se mantenga como una nación moderna y socialmente igualitaria.
La escasez de docentes tiene consecuencias de gran alcance, como el aumento de la carga de trabajo, la disminución del bienestar docente, la desmotivación de los futuros educadores y la persistencia de las desigualdades educativas